El territorio del río Sénia, frontera natural
entre Cataluña y Comunidad Valenciana, reúne la mayor concentración mundial de
olivos que se estiman milenarios.
Cientos de estas esculturas vivas habían sido
arrancadas para decorar jardines.
Un proyecto trata de preservarlos mediante la
venta de su aceite y la promoción del oleoturismo en
la zona.
Gracias a esta iniciativa, ya son
numerosos los payeses que se han dado cuenta de su valor. Un veterano
agricultor de La Jana,
Guillermo Vea, reconoce que ha merecido la pena no haber hecho caso de una
persona que fue hace años para comprarlos y llevarlos quién sabe dónde:
"Ahora podré dejar estos olivos a mis nietos".
La Mancomunidad de la Taula del Sénia, única
organización supramunicipal española que reúne a ayuntamientos de tres
autonomías tomó cartas en el asunto.
El primer paso era identificar el recurso a
proteger. Romà Senar recibió el encargo, armado de cinta métrica, localizador
GPS e hipsómetro, recorrió cientos de fincas en busca de olivos de especial
grosor.
Tras nueve meses midiendo el perímetro de un
tronco tras otro, identificó la mayor concentración mundial de olivos
milenarios en el territorio del río Sénia, donde se encuentran Cataluña, la Comunidad Valenciana
y Aragón. Hasta el momento ha censado 4.580 ejemplares cuyo grosor alcanza los 3,5 metros a 1,3 del
suelo, medida homologada a través de diversos estudios a partir de la cual
se considera que un olivo puede haber alcanzado los 10 siglos de
vida.
Con el estudio en la mano, los municipios y la
iniciativa privada local, agrupados en la asociación Territorio del Sénia,
diseñaron el proyecto Aceite y Olivos Milenarios, que busca poner en valor
estos ejemplares y proteger las variedades de aceitunas autóctonas mediante la
comercialización de su aceite y el acondicionamiento de diversos museos naturales que permitan al público
descubrirlos.
Los dos primeros museos en Ulldecona
(Tarragona) y La Jana
(Castellón), se han creado en espacios donde se registra una especial
acumulación de ejemplares y que cuentan con algunos emblemáticos. En el paraje
del Arión, cerca de Ulldecona, crecen 391 olivos milenarios.
El segundo museo, en La Jana, se halla en la zona del
Pou del Mas, donde se alzan 21 olivos milenarios en algo menos de una hectárea,
frente a los árboles más destacados hay paneles informativos que detallan sus
medidas, características y coordenadas.
Se está trabajando en un sistema de audioguías para móviles que permitirá la visita
por libre.
Las dimensiones de algunos de estos olivos
dejan con la boca abierta. El más grueso tiene un tronco de 10,20 metros de
perímetro, y el más alto alcanza los 14,5 metros.
"Hace quince años, este patrimonio era totalmente desconocido por los habitantes de la zona".
Por ello La Jana puede estar orgullosa de poseer dicho museo.
Fuente de información: ecoavantdigital